Un día, el Día de Jehová



 
UN DÍA: EL DÍA DE YHWH
(Una construcción y experiencia veterotestamentaria)

«Por medio de hombres y al modo humano Dios nos habla, porque hablando así nos busca»[1]
San Agustín[2]


La palabra día, etimológicamente proviene de la raíz latina “dies”. El estudio de la misma es un tanto paradójico, debido a que por un lado a penas nos encontramos apenas  con tres sílabas o desde el punto de vista de la gramática con un hiato; mientras que por otro lado encontramos que varias pueden ser las connotaciones que se le pueden dar a esta pequeña palabra: Desde la perspectiva de la astronomía o de la geografía, se puede entender simplemente como el tiempo que la tierra emplea en dar una vuelta alrededor de su eje (24 horas); desde la perspectiva de la climatología, se podrá valorar la característica de ese día (lluvioso, cálido, despejado); en fin las connotaciones son amplias, pudiendo resultar un tanto complicado.
Sin embargo, cuando tomamos la palabra “día” y la intentamos unir al concepto de YHWH[3], para construir el tema central de nuestro estudio presente “Un día: El día de YHWH”, la tarea se vuelve mucho más compleja y por supuesto demanda mayor esfuerzo académico que la propuesta anterior.
¿Por qué se vuelve compleja la tarea de estudiar “El día de YHWH” como símbolo teológico de la escatología veterotestamentaria?
Desde mí limitada experiencia y estudios, me atrevo a mencionar varios limitantes que enfrentamos en la actualidad para estudiar el tema en mención: (a) El marco referencial que traemos al estudiar el texto bíblico, marco que nos domina en ocasiones y nos impide percibir de manera más clara las verdades del texto del Antiguo Testamento; por otro lado destaca nuestro (b) Limitado conocimiento de la realidad veterotestamentaria (historia de Israel y del Medio Oriente de aquellos días); las prácticas culturales, religiosas y sociales que caracterizaron la vida del mundo de aquellos días. Finalmente no podemos dejar de lado (c) El poco estudio con el que contamos, acerca de la situación económica-social de los pueblos en los que surge el concepto del “Día de YHWH”.
Esa es nuestra realidad educativa-teológica, por lo tanto, en función de continuar con la construcción del conocimiento y dejar los miedos, temores y desilusiones a un lado, se intentará en el presente trabajo investigar el concepto del “Día de YHWH” como una construcción y experiencia veterotestamentaria. Como metodología de trabajo se usará la propuesta del Doctor Martínez[4]:
Siendo que el día postrero en el A.T. no es la comprensión fatalista del final de la historia, no se construye sobre una lectura de la desgracia o del caos, sino más bien es un concepto que se construye sobre la base de tres pilares fundamentales: el futuro, la esperanza y la promesa. (Martínez, 2015 pág. 9)
Desde los tres pilares fundamentales de la fe veterotestamentaria mencionados por Martínez, abordaremos entonces el concepto del “Día de YHWH”. Con la intención de responder a preguntas lícitas y necesarias: ¿Cuál era la perspectiva de los personajes bíblicos desde  la realidad del “Día de YHWH” en relación al tiempo? ¿En qué o en quién radicaba  la esperanza de un pueblo que creció y aprendió a vivir entre exilios e invasiones de sus enemigos? ¿Cuáles eran las implicaciones del “Día de YHWH” para mantenerse firmes y confiados a pesar de cientos de años de dolor y sufrimiento? ¿Existía algún tipo de promesa por la que los personajes de las páginas del Antiguo Testamento aguardaban?
Antes de  iniciar nuestro vuelo, debemos partir de una pista que nos permita hacerlo desde un conocimiento previo del tema; es así que responderemos a la pregunta: ¿Qué es el día YHWH?
El “Día de YHWH” con su raíz hebrea “Yom Yahvé” “יום יהוה”, forma parte de la “Escatología de la Biblia[5]”. Además cuenta con varias equivalencias “el día” “en aquel día[6]”.
Según D. J. Wiseman[7], uno de los asesores de la edición del Diccionario Bíblico Certeza, Segunda Edición; sugiere que Amós[8] es el profeta que usa más tempranamente este término, y que además el uso del mismo ya era común en sus días. Esta explicación concuerda con el argumento de Martínez:
Amós inicia su discurso de una manera tal que nos permite descubrir que el concepto de  el día de YHWH” no es nuevo para el pueblo, Amós no inserta el concepto sino que lo aclara, por lo tanto se hace necesario tratar de remontarnos al origen de la idea. (Martínez, 2015 pág. 30)
Para Wiseman, el “Día de YHWH” significaba para el pueblo que Jehová intervendría para colocar a Israel a la cabeza de las naciones, sin tener en cuenta su fidelidad hacia Él. Además aquel día constituye la intervención de Dios para castigar el pecado, que ha llegado a su culminación (invasión, desastres naturales); ese día se aprecian los verdaderos creyentes.
Una vez que la luces se han encendido y todos los pasajeros estamos listos; podemos decir como la azafata de un avión por despegar ¡Abróchense los cinturones!

EL DÍA DE YHWH  COMO CUMPLIMIENTO (FUTURO)
Uno de los problemas con los que han tenido que lidiar los profetas bíblicos es con las ideas distorsionadas que algunos han construido, ideas como la de considerar la profecía bíblica, neta y puramente relacionada con el futuro. J. M. Ábrego de Lacy, en su obra “Introducción al Estudio de la Biblia”, destaca que:
Al preguntarnos quiénes son los profetas, hemos de comenzar distinguiéndolos de los «adivinos». En la historia de la humanidad son muy diversas las técnicas que el hombre ha usado para saciar su hambre de conocer el futuro, aunque lo llame «plan de Dios»: escrutar el vuelo de las aves, las entrañas de los animales, el color del cielo o la posición de los astros. El profeta bíblico no es un adivinador del futuro, aunque ésta sea la acepción más importante que damos actualmente a la palabra en castellano. Más bien es un intérprete del presente. (Ábrego, 1999 pág. 131)
Además destaca la lucha que llevan adelante los profetas frente a los adivinos o simples videntes del futuro de la época:
“Por tanto, no les hagan caso a sus profetas ni a sus adivinos, intérpretes de sueños, astrólogos y hechiceros, que les dicen que no se sometan al rey de Babilonia. Las mentiras que ellos les profetizan sólo sirven para que ustedes se alejen de su propia tierra, y para que yo los expulse y mueran. Jr. 29:9-10[9]
Estas fuertes confrontaciones, no anulan el enfoque profético veterotestamentario, en relación al futuro; cuanto más al estar aquellas profecías relacionadas con el “Día de YHWH”.
Robert L. Cate, al describir “Al Dios que actúa”, en su libro “Teología del Antiguo Testamento” explica como el juicio de Dios haya relación dentro de las profecías veterotestamentarias. Desde el concepto del juicio de Dios, explica las connotaciones desde la raíz hebrea. La connotación que nos interesa para este trabajo, tiene que ver con “las acciones de Dios al castigar a su pueblo por sus pecados”:
Se usaba para describir las acciones de Dios en el presente inmediato y en el futuro cercano. En énfasis primordial del Antiguo Testamento respecto al juicio de Dios era que éste tenía lugar siempre dentro de la historia, tanto en el presente inmediato como en el futuro cercano de Israel. (Cate, 1989 Págs. 75-76)
 ¡Ay de los que suspiran por el día del Señor! ¿De qué les servirá ese día si va a ser de oscuridad y no de luz? Será como cuando alguien huye de un león y se le viene encima un oso, o como cuando al llegar a su casa, apoya la mano en la pared y lo muerde una serpiente. ¿No será el día del Señor de oscuridad y no de luz? ¡Será por cierto sombrío y sin resplandor! Am. 5:18-19
Más adelante en el mismo libro, Cate hablará acerca de “Las Promesas de Dios y la Esperanza del Hombre”; desde donde enfocará la esperanza que Israel tenía en cuanto al futuro:
Su futuro tenía que ser bueno, porque  se contaba con Dios en el. Y el futuro vendría, porque Dios lo había prometido. (Cate, 1989 pág. 187)
Cuando habla de la Soberanía de Dios, explica la relevancia de Dios como Soberano aún sobe el futuro, como concepción y como implicación para el pueblo:
La visión de un reino futuro era a veces temporal y otras veces escatológica, ya que tenía que ver con el fin de la era. Esta visión del reino futuro tenía sus raíces en el concepto de la soberanía de Dios y en la idea de que sólo él conocía el futuro.
En la mayoría de las visiones veterotestamentaria de este reino futuro, el día del Señor se consideraba como el tiempo de la inauguración del reino…Cuando viniera el día del Señor, los propósitos divinos serían vindicados sobre el escenario de la historia humana. Además, una nueva era se inauguraría sobre la tierra. (Cate, 1989 pág. 190).
Frente al tema de las predicciones; Dyrness, realiza una pregunta: ¿Era la función primordial de los profetas hablar del futuro o dirigir la palabra de Dios a sus contemporáneos? El mismo responde:
Los profetas pensaban en sus propios contemporáneos cuando hablaban. No se dirigían a las generaciones del futuro.  (Dyrness, 1989 pág. 175)
¿Cómo eran los contemporáneos de los profetas? Esta pregunta la responde Martínez, en su estudio del profeta Amós[10]:
Entre las características más notorias de la época, encontramos:
1. Brechas entre ricos y pobres (4:1, 5:12)
2. Escudo para ocultar la podredumbre (4:4-5)
3. Multitud de procesiones y ofrendas (4:4-5)
4. Prosperidad-bendición-prosperidad (9:10)
5. Costumbres importadas (6:6)
6. Prosperidad económica (6:4-6)
7. Altar-lugar de culto y refugio (6:4,6)
8. Mayor afán por los vinos que por los pobres (2:8,12)
9. Contentillo para volverse a Dios sin cambiar de actitud (4:4)
10. Instrumento de expiación sin arrepentimiento (4:4)
11. El culto se volvió fastidioso aun para ellos mismos (8:5)
12. Despliegue incalculable de cánticos (5:23, 6:5)
13. Desinterés y desprecio por la Ley y la justicia (2:12, 5:17)
Surgen entonces las expectativas veterotestamentarias desde la perspectiva del futuro[11], desde el concepto del “Día de YHWH”:
Separación de la brecha entre los grupos económicos, terminación de la fingida espiritualidad, instauración de la verdadera prosperidad, contentamiento y sencillez, amor por los pobres, verdadero disfrute en Dios y las ofrendas para Él, interés y aprecio por la Ley y la justicia[12].
Para cerrar este apartado, se cita a Wood[13], quien nos orienta en la consideración que las advertencias de Dios a través de sus siervos (en esta ocasión Amós) para con su pueblo:
El mensaje de Amós era que el pueblo dejase sus caminos pecaminosos y se volviese en busca de su Dios y de Su santa voluntad; debían obedecer las normas preceptuadas en la Ley de Moisés, que les había sido dada por muchos siglos antes; si no lo hacían, les vendría un día de gran castigo por parte de Dios; sería “un día de tinieblas, y no de luz” (5:18), de castigo y pesar, y no de recompensa y alegría. (Wood, 1983 Pág. 299)

EL DÍA DE YHWH COMO ESPERANZA
Una vez que hemos hablado acerca del “Día de YHWH” como cumplimiento, pasaremos a analizar esta misma construcción veterotestamentaria, ahora desde la realidad de una “Esperanza” que mantenía la fe y la confianza de toda una comunidad en plena expectativa.
 Tomaremos la descripción de Dyrness, en cuanto al tema en mención, para iniciar este apartado:
No es preciso volverse hacia los profetas para encontrar la forma de la visión del reino final que tenía Israel. Desde los comienzos mismos de su experiencia con Jehová, había aprendido a confiar en que el Señor lo conduciría a la tierra que le había prometido a Abraham (Gn. 12:1-3). Así, para Israel, la esperanza tenía siempre un aspecto muy concreto y visible: Dios le daría un día la Tierra Prometida. Sin embargo, con frecuencia se consideraba que los medios que utilizaría Dios para llevar a su pueblo a ese lugar incluirían destrucción y juicio, y otras veces construcción y crecimiento.  (Dyrness, 1989 Pág. 177)
El mismo autor destaca las dos ideas que tenían los israelitas acerca de la cristalización de sus esperanzas. Por un lado, estaba la idea de ver a Dios como un guerrero que pelearía por su pueblo; y por otro lado surgió la idea de que el futuro que Dios daría sería una perfección, desde la realidad de lo creado.
Dyrness, explica que las dos ideas tienen elementos de verdad; sin embargo manifiesta el ataque de los mismos profetas hacia sus compatriotas debido al desvío de estas dos formas de esperanzas mal enfocadas:
Hicieran lo que hicieran, podían tener confianza en que Dios intervendría a su favor. Después de todo, ¿No tenían el templo, la ley y al rey que Dios mismo había puesto en el trono?  Ahora, los profetas tenían que decirles que sus promesas eran falsas. ((Dyrness, 1989 Pág. 179)
Por otro lado, Cate al hablar de esperanza de Israel; explica la base de la esperanza del pueblo de las páginas del Antiguo Testamento:
Israel desarrolló una esperanza bien definida respecto al futuro. Su esperanza se fincaba no en sus propios logros sino en las dádivas de Dios. Esto no se desprendió de sus propios descernimientos respecto al futuro, sino que provenía de la revelación de Dios. (Cate, 1989, Pág. 187)
Siguiendo las directrices de Cate, vemos que esta esperanza respondía a ciertas características:
a. La concepción de la Soberanía de Dios para Israel era un elemento impensable de su fe (Dios aparece como Soberano sobre la naturaleza, la historia y el futuro).
b. La esperanza de Israel estaba fundada firmemente en torno al juicio e ira de Dios. La ira de Dios tenía un énfasis moral, una mira evangelizadora. Además el juicio de Dios era ineludible (sobre naciones, familias e individuos).
c. El “Día de YHWH” tenía un significado para la esperanza de Israel: constituía una parte principal de la esperanza del pueblo; existía una responsabilidad para con el pueblo la llegada de ese “día”; anunciaba liberación de los enemigos de Israel.
d. La presencia de un remanente y el juicio de Dios, también figuraba como una parte fundamental de la esperanza de Israel.
e. La aparición del Mesías tal vez era el aspecto más significativo de la esperanza del pueblo. La esperanza del Mesías como Hijo del Hombre y Siervo Sufriente.
f. La relevancia del pacto con Dios, otro de los aspectos importantes en la esperanza israelita.
g. Finalmente el último aspecto en cuanto a la esperanza del pueblo, tiene que ver con el destino final. Cuyo concepto implica la certeza de una vida más allá de la muerte, construcción teológica que fue construyéndose de acuerdo a la evolución del pueblo.
Podemos notar como el “Día de YHWH”, es apreciado por los israelitas desde la concepción de la esperanza. Esperanza que espera hallar el cumplimiento de las promesas de su Dios; promesas que serán estudiadas en el siguiente y último subtema.

EL DÍA DE YHWH COMO PROMESA
El “Día de YHWH” como promesa guarda relación tanto con el futuro como con la esperanza de Israel. Son las promesas que esperan sean cumplidas en la línea del tiempo (el futuro desde la perspectiva veterotestamentaria, concepto ya explicado), y son las promesas que dan vida y significado a la esperanza como meta que se desea alcanzar.
Para explicar este apartado, me sostengo en el enfoque de Martínez, en su obra que enfoca “La Dimensión Social del Proyecto de Dios”. El autor en mención lo describe desde la realidad anhelada de la “Restauración”:
Puede parecer extraño que una promesa de restauración comience por el anuncio de destrucción; sin embargo no es de extrañar, cuando se conoce el pensamiento de los profetas. Jeremías habrá de proponer más tarde este proceso, cuando entiende que Dios lo ha puesto para destruir, arrancar y demoler, para luego edificar, levantar y plantar (Jr. 1:10). Dios comienza a restaurar quitando todo aquello que podrá estorbar una buena obra, tal como lo advertimos también en la introducción con el gráfico de la línea involutiva-evolutiva de la acción profética. (Martínez, 2015 Pág. 109)
Para Martínez esta restauración tendrá efectos en toda la población. Restauración que cambiará la situación en la que el pueblo se encontraba. Esta restauración, realizada desde el contexto de Isaías[14] 3:25-4:6, tiene la siguiente distribución:
i. Efectos del día de YHWH  en los hombres (3:25)
ii. Efectos del día de YHWH  en la ciudad (3:26)
Para luego cambiar radicalmente el escenario del pueblo:
i. Restauración del liderazgo (4:2)
ii. Restauración del pueblo (4:3-4)
iii. Restauración del culto (4:5-6)
Queda entonces registrada por la historia y las Escrituras, la realidad de aguardar el “Día de YHWH” como promesa que siempre hallará su cumplimiento:
A unos hombres muertos en guerra, les queda la esperanza del resto, a unas mujeres humilladas y solitarias, se les anuncia la limpieza, a un sistema de gobierno corrupto se le anuncia la llegada de un vástago que habrá de administrar justicia y a una ciudad en luto se le anuncia una Sion nueva, con una cobertura de protección. (Martínez, 2015 Pág. 112)
Una vez que nuestro vuelo está por terminar, y el avión deberá aterrizar; se recuerda que el “Día de YHWH” como construcción y experiencia veterotestamentaria se sostiene en tres pilares fundamentales: el futuro, la esperanza y la promesa. Estas variables aunque podrían responder a conceptualizaciones particulares, se encuentran ligadas ante la realidad que existe detrás de la escena: Un día, el gran día, el día de Jehová.
El Día de YHWH determina la esperanza del pueblo veterotestamentario, de forma lineal. Para el pueblo el futuro no se trata de tiempo simplemente, se trata de esperar la intervención anhelada de Dios en favor de sus hijos.
El Día de YHWH mantiene viva la esperanza del pueblo, más allá de las circunstancia y de los eventos que pueden llegar a ser desalentadores.
El Día de YHWH lleva al pueblo a esperar el cumplimiento de las promesas del Dios que jamás incumple su palabra.
Eso es todo por ahora, señores pasajeros el viaje a terminado. Esperemos que el piloto al mando adquiera más millas de viaje, a fin de emprender en la próxima oportunidad un viaje más largo.
Pr. Alexander Zambrano Macías
Portoviejo, agosto 08 del 2015





BIBLIOGRAFÍA

Teologías del Antiguo Testamento:
Robert, L. Cate, 1989, Teología del Antiguo Testamento, EEUU, Casa Bautista de Publicaciones.
William Dyrness, 1989, Temas de la Teología del Antiguo Testamento, Miami-Florida, Editorial Vida.
Estudios de los Profetas:
J. M. Ábrego de Lacy, 1993, Los Libros Proféticos, España, Editorial Verbo Divino.
L. Alonso Schokel y J. L. Sicre Diaz, 1979, Profetas Tomo I (Isaías-Jeremías), Italia, Ediciones Cristiandad.
León J. Wood, 1983, Los Profetas de Israel, USA, Editorial Portavoz.
Milton J. Martínez M, 2015, La Dimensión Social del Proyecto de Dios, Colombia, Editorial Buenaventuriana.
Milton J. Martínez M, 2013, Por Tres Delitos… y por el Cuarto! , Colombia, Ediciones Berea.
Teología Sistemática:
Millard Erickson, 2008, Teología Sistemática, USA, Editorial CLIE.
Diccionarios:
F.  F. Bruce- I. H. Marshall- A. R. Millard- J. I. Packer- D. J. Wiseman, 2003, Nuevo Diccionario Bíblico Certeza, Barcelona-Buenos Aires-La Paz, Ediciones Certeza Unida.
Moisés Chavéz, 1992, Diccionario de Hebreo Bíblico, EEUU,  Editorial Mundo Hispano.
Comentarios:
Daniel Carro-Juan Carlos Cevallos-José Tomás Poe-Rubén O. Zorzoli, 2000,  Comentario Bíblico Mundo Hispano-Tomo 13 (Oseas—Malaquías), Editorial Mundo Hispano.
William Sanford Lasor-David Allan Hubbard- Frederic William Bush, 2004, Panorama del Antiguo Testamento, USA, Libros Desafío.
Biblias:
Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1990-2010, Biblia Textual, Corea del Sur, Ediciones Holman.
Sociedad Bíblica Internacional, 1999, Biblia Nueva Versión Internacional, USA, Editorial Vida.
Otros:
Richard J. Foster-James Bryan Smith, 2005-2006, Devocionales Clásicos, Colombia, Editorial Mundo Hispano.














[1] Pensamiento citado por Schokel en su trabajo acerca de los profetas. Pensamiento que responde a la explicación del autor acerca de la comunicación de Dios por su Palabra.
[2] Richard Foster, nos habla un poco acerca de este personaje de la historia de la Iglesia: “San Agustín, obispo de Hipona, fue el gran doctor de la iglesia latina. Nació en África del Norte en 354. Escribió una enorme cantidad de libros y llegó a ser conocido por su elocuencia, su lógica y su pasión espiritual”.
[3] Diccionario Hebreo Bíblico: “El nombre de Dios, el Tetragrámatos impronunciable. Siguiendo la tradición de Reina y Valera la RVA mantiene su representación como “Jehovah” (habiendo solamente agregado la “h” final que las revisiones omitieron, para representar la ה, la cuarta letra del Tetragrámatos). En el DHB optamos por transliterarlo así: YHVH” Por su parte los editores de la Biblia Textual explica que: “Basándose en una tradición del siglo II A.C., la grafía Jehová se basa en una vocalización errónea tomada del nombre Adonay. Es muy probable que este inefable nombre simplemente se pronuncie YaVé, son énfasis fonético consonántico. El argumento en cuanto a que durante la lectura de las Sagradas Escrituras el Nombre no debía pronunciarse  y tenía que ser remplazado por Adonay-Señor, es difícil de sustentar por cuanto no es lo que la Biblia dice”.
[4] El Dr. Milton Martínez, se desempeña como profesor de Antiguo Testamento en dos Universidades Católicas, especialmente en  temas relacionados con los profetas bíblicos. Compartió un módulo del programa de Maestría (Escatología del Antiguo Testamento) con estudiantes de Portoviejo-Ecuador (20-23 de julio de 2015), en donde compartió un material en proceso de construcción antes de su publicación final “Escatología en el Antiguo Testamento”.
[5] Millard Erickson, explica la variedad de enfoques en relación al concepto de escatología: “Escatología modernizada (Enfoque liberal); Escatología desmodernizada (Albert Schweitzer); Escatología realizada (C.H. Dodd); Escatología existencializada (  Rudolf Bultmann); Escatología politizada (Jurgen Moltmann);  y Escatología sistematizada (Dispensacionalismo)”:
[6] Cate, propone “aquel día” “el tiempo de su venida” “el día del castigo”
[7] D. J. Wiseman, es Profesor Emérito de Asiriología en la Universidad de Londres, Inglaterra.
[8] Los escritores  de Panorama del Antiguo del  Antiguo Testamento, explican un poco más acerca de este profeta: “Amós fue profeta de Tecoa (1:1), un aldea aledaña al desierto de Judá y diez kilómetros al sur de Belén, en el reino del Sur, Judá. Además de pastorear ovejas, punzada (o pellizcaba) los higos de los sicómoros, frutos que deben ser punzados o a los que debe hacérseles un tajo, justo antes de la madurez, para que sean comestibles. Ya que no hay higos en Tecoa, Amós debe haber aumentado sus escasos ingresos, cosechando en el oeste de Judá, donde se encontraban este tipo de árbol, durante la temporada (1 Re. 10:27)”. Martínez lo ubica en el 760 A.C. Mientras que los editores del Comentario Bíblico Hispano, lo ubican entre el 783 hasta el 742 A.C. Además explican el significado del nombre “Amós”: “Amós” es una palabra que procede del verbo amas6006 “cargar, levantar o llevar”, y significa “uno que lleva una carga”.
[9] Dyrness, comenta al respecto: “Las personas poseídas por un mensaje que creen que es de Dios y que sirven como intermediarias entre poderes sobrenaturales son personajes familiares en todo el mundo, tanto si se trata de predicadores en Finlandia como de profetas en la antigua Grecia”. Schokel agrega: “Como ministro de la palabra y artista del lenguaje, el profeta utiliza un lenguaje ya elaborado, que él continúa enriqueciendo. Dentro de su lengua emplea formas tradicionales, géneros conocidos, esquemas convencionales; toma préstamos y da paso a reminiscencias; transforma y adapta canciones tradicionales o crea otras a su imitación. Los profetas son creadores literarios dentro de una tradición”

[10] ¡Por tres Delitos… y por el Cuarto! Pág. 19
[11] Rad Von, en su Teología del Antiguo Testamento; explica la diferencia entre occidente y oriente en cuanto a la concepción del tiempo. Su explicación nos ayuda a entender de mejor manera la esperanza de Israel en un futuro anhelado, aún en las peor de las circunstancias: “La concepción del tiempo, que más o menos ingenuamente perdura en el mundo occidental, es lineal; es decir: el tiempo se asemeja a una larga línea indefinida, en la que se pueden inscribir todos los sucesos, pasados y futuros, con tal que consten como ciertos. Esa línea de tiempo tiene un punto central: nuestro presente. Desde él, y hacia atrás, se extiende el pasado; hacia adelante, el futuro. Ahora bien, esto es de lo poco que nos consta con certeza: que Israel no conoció esa idea de un tiempo absoluto que precede a todo acontecimiento, y que solamente hay que rellenar, como el formulario de una encuesta, con los datos referentes al contenido”.
[12] Dyrness, hablando acerca de la Esperanza de Israel, destaca la comprensión del futuro de Dios que tenían los profetas, desde el enfoque del reinado final de Dios: “(a) Basado absolutamente en la decisión de Dios, (b) Una nueva creación, (c) Un mediador, (d) La meta de la obra redentora”.
[13] Los Profetas de Israel: Un estudio de los profetas, escritores  o no, como personas.
[14] Los escritores de Panorama del Antiguo Testamento, mencionan que “La visión de Isaías está fechada en el 740 A.C” Mientras que Martínez fecha la redacción del Protoísaias entre el 740-710 A.C.

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