Cómodo: el último emperador de la dinastía antonina
CÓMODO, EL ÚLTIMO EMPERADOR DE LA DINASTÍA
ANTOTINA
Pasan
los años y empezamos a madurar, una de las evidencias de este cambio para
algunos podría ser precisamente que somos más selectivos en lo que leemos y
vemos. En ese contexto hace varios días atrás decidí ver un documental que
presenta la cadena estadounidense de entretenimiento Netflix. Fue así que
decidí ver el documental “Roma: imperio de sangre”, en donde
el personaje principal es Lucio Aurelio Cómodo Antonino, representado por el
actor australiano Aarón Jakubenko.

Cómodo
fue el hijo del gran Emperador Marco Aurelio, quien es recordado como el último
de los buenos emperadores romanos. Cómodo (161-192), nació para heredar el
trono. Su padre buscó siempre que lo pudiese entender, sin embargo para el
joven y vanidoso Cómodo los placeres que el imperio le brindaba eran su
prioridad.
De
este documental que revela la vida y experiencias de Cómodo se pueden extraer
valiosas lecciones de aprendizaje para nuestras vidas.
1. EN LA VIDA EXISTIRÁN PERSONAS MÁS
COMPETENTES PARA ASUMIR UNA FUNCIÓN QUE NUESTROS HIJOS.
Cómodo
fue uno de los pocos emperadores romanos que asumió el trono de forma
hereditaria, otros lo habían arrebatado de otras maneras. Su padre Marco
Aurelio, hombre de guerras y de filosofía buscó por todos los medios que su
hijo heredará responsablemente el trono.
Los
que han estudiado a profundidad la vida de los emperadores romanos, certifican
que Cómodo no era la mejor opción que tenía Roma para ser dirigida. Sin embargo
para Marco Aurelio en este punto no había discusión. Aunque se esforzó por
todos los medios en alcanzar su objetivo, la historia certifica que a su hijo
le quedó grande el trono.
¿Será
que en todo el Imperio Romano no había un ciudadano más capaz que Cómodo? Por
su puesto…sí…varios; sin embargo para Marco Aurelio la tradición y sus deseos
fueron más importantes que la vida de todo un imperio, que cobijaba a miles de
personas en todo sus territorios conquistados y que asumirían en sus mismas
vidas el costo de tal decisión.
Como
padres en ocasiones solemos llegar a pensar que nuestros hijos son los más
capaces para ejercer una función ministerial, olvidando que existen otras
personas en nuestras comunidades de fe que son más capaces, más competentes
para dirigir la vida de una comunidad.
En
América Latina la historia de Cómodo se repite, muchos pastores buscan por
todos los medios posibles que su generación se perpetúe en el poder, perdón en
el ministerio; así como Marco Aurelio olvidan que sí existen otros que son más
competentes para trabajar en favor de la colectividad.
2. LOS HIJOS UN DÍA DECIDIRÁN TOMAR SU
PROPIO CAMINO EN BASE A LO QUE LES HEMOS HEREDADO SUS PADRES
Marco
Aurelio fue un emperador que buscó a toda costa defender la conocida “paz romana”. La buscó a través del
enfrentamiento permanente con otros pueblos…se apartó por largos períodos de
Roma, en el cumplimiento de sus funciones militares.
En
cierta ocasión decidió llevar consigo a su hijo Cómodo a las fronteras del
imperio que limitaban con sus enemigos de turno, los Germanos. Esta decisión
estuvo basada en la intención de preparar a su hijo en el ejercicio militar.
Pasan
los días y debido a una peste y a los esfuerzos que la guerra le había
significado, Marco Aurelio se enferma. Antes de morir le hace prometer a Cómodo
que buscaría la paz para el imperio, paz que se debía lograr a través de vencer
en la guerra a los Germanos. Su hijo lo promete.
Tras
la muerte de su padre, Cómodo no sabe qué medidas tomar en esta gran
responsabilidad que tiene que asumir. Tras ciertos consejos decide darle a Roma
lo que necesita según él y que guardan relación con la promesa que le hizo a su
padre antes de morir.
Cómodo,
decide dejar la guerra…decide llegar a acuerdos con los Germanos…decide
regresar a Roma.
En
muchas ocasiones como padres nos esforzamos y hasta nos sacrificamos tanto en
la búsqueda de mejores días para nuestros hijos. Pretendemos construirles un
camino, un sendero con herramientas y hasta con una herencia. Sin embargo en
muchos casos los hijos deciden transitar
por otros caminos, deciden cumplir otras metas en sus vidas…deciden percibir la
vida desde otra realidad.
Es
preciso entonces que meditemos en qué es lo verdaderamente importante a la hora
de heredar a nuestros hijos. Marco Aurelio decidió heredar paz a través de las guerras
a su hijo; pero este buscó otro camino, buscó la paz a través de los acuerdos.
3. LAS PALABRAS QUE SALEN DE NUESTRAS
BOCAS MARCAN SIGNIFICATIVAMENTE A OTRAS PERSONAS.
Eran
normal las pugnas de poder entre el
Emperador de turno y el Senado Romano. La desconfianza y la hipocresía formaban
parte del protocolo en sus conversaciones. Marco Aurelio en su reinado no fue
la excepción.
En
cierta oportunidad le dice a su hijo Cómodo, que al ejercer el poder no debía confiar
en ninguno de ellos, es decir, en los miembros del Senado. Cuando Marco Aurelio
muere, estas palabras se convierten en un paradigma para su hijo. No sabe en
quien confiar y duda en todo momento del Senado.
Estas
dudas lo llevan a confiar el poder en personas que no eran las más justas e
imparciales. Estas dudas lo llevan a caer en el gran problema que enfrentan los
líderes, empieza a creer que está sólo. Estas dudas lo llevan a la paranoia.
¿Somos
conscientes del poder que nuestras palabras tienen la vida de nuestros
semejantes? ¿Pensamos bien antes de hablar con ira a otra persona? ¿Somos
capaces de cuidarnos de hablar mal de alguien en frente de otra?
4. EL PODER ABSOLUTO EMBRUTECE
EL
reinado de Cómodo fue de tumbo en tumbo. No supo cómo trabajar con el Senado,
se dejó manipular por otros, sufrió traición de parte de sus amigos y
familiares. Todo esto y el poder del que se dio gozaba, lo embruteció.
¿De
qué forma?
Cómodo
trató de tapar el problema social que ocasionó un funcionario suyo
(hambruna-peste) con unos juegos de 14 días en el coliseo romano. Cómodo
decidió participar como gladiador…sólo para agradar a pueblo. Cómodo decidió no
escuchar a nadie…llegó a pensar que todo aquel que pensará diferente merecía la
muerte o el destierro.
Esta
realidad se repite en nuestra América Latina. Sabemos de presidentes que han
asumido todo el poder de una nación y que han decidido desacreditar a todo aquel
que no piense de manera similar.
Estas
escenas también se reproducen en las comunidades de fe. Encontramos líderes que
se embrutecen con el poder absoluto. Encontramos líderes que deciden realizar
cualquier cosa por contar con la aprobación de la mayoría, líderes que deciden
no escuchar a los que piensan diferente.
Existe
mucho más que podemos extraer de la vida y experiencia del emperador Cómodo y
que nos serviría para corregir ciertas prácticas.
¡Veamos
que más aporta Netflix a mi razonamiento y construcción teológica!
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